El mundo cristiano tiende a estar seguro de su salvación. Y eso es bueno, en la medida que haya creído y haya hecho según el Mesías (Cristo) demanda: Ser discípulo, bautizarse y guardar (hacer), todas las cosas que él manda. (1)
Bien sabemos que la Segunda venida del Mesías (Cristo Jesús) esta pronta conforme a las señales o eventos descritos por el médico Lucas en las Sagradas Escrituras (2)
Pero ¿estamos realmente preparados para recibirle?
Si usted es cristiano, y esta seguro de su salvación ¿vive usted conforme a lo que Cristo manda?
Con esta simple pregunta le queremos invitar a meditar en algunas cosas.
Primeramente usted debe saber que toda persona que ha aceptado el regalo de la salvación que ofrece el Señor, es salva. Sin embargo, cuando usted acepta un regalo ¿qué hace usted con él?
La salvación que usted recibió tuvo un costo muy grande. En consecuencia es un regalo muy costoso. Un costo basado en la inconmesurable misericordia del TodoPoderoso: La sangre derramada de un hombre inocente.
Ese hombre inocente tomó el lugar que usted merece. Ese hombre inocente es el Mesías, es Cristo Jesús, es el Hijo unigénito de Dios.
El murió para que usted tuviera vida. “Él hizo algo por usted”, algo que usted no merece.
Usted habiendo recibido ese regalo inmerecido llamado “salvación de la condenación eterna” ¿Esta preparado para mirar frente a frente a quien sufrió y murió por usted?
Claro, usted podría decir que el Señor puede que venga en 10, ó 100 años más… Sin embargo se olvida, que usted puede dejar su cuerpo terrenal hoy mismo, y no necesitará de 10 ó 100 años para estar frente a frente al Rey de Reyes.
Volvemos a recalcar la pregunta
¿Esta preparado para recibir al señor. Ya sea que Él venga por su iglesia hoy, o que deje usted su cuerpo terrenal hoy o mañana?
Le hacemos esta pregunta por una razón muy sencilla. Usted fue salvo porque alguien le llevó a Cristo. Usted fue salvo porque “alguien” dejó esa semilla en usted que quizá recién el mes pasado dio su fruto y usted arrepintiéndose de sus pecados llegó a los pies de Cristo.
Muchos cristianos, siendo salvos olvidamos Mateo 28:19-20. Creemos, aceptamos a Cristo, y nos bautizamos, pero no hacemos discípulos, ni hacemos las cosas que Cristo ha mandado.
Dios nos ha bendecido a todos de una manera distinta.
A algunos nos ha dado la capacidad de hablar. A otros de acompañar. A otros de orar. A otros para ocupar lugares de preminencia en áreas como las ciencias, la medicina, las leyes o a enseñanza. Incluso en la política.
Respondamos individualmente estas preguntas
¿Qué haré cuando yo esté frente a frente a quien me salvó?
¿Qué le responderé al Señor cuando me pregunte por las bendiciones que recibí de Él?
La iglesia, un solo Cuerpo
Pablo dice que la iglesia, es decir todos los que somos salvos somos como un cuerpo humano, un cuerpo con muchos miembros, y cada miembro con una función diferente. (3)
Lo anterior quiere decir que todos debemos hacer algo, porque todos tenemos la facultad “para capacitar al pueblo de Dios”. (4)
El Señor dice que los siervos fieles serán recompensados (5). También dice que al que mucho se le ha dado, también mucho se le va a demandar (6).
El Señor Jesus, en la “Parábola de los Talentos”, nos enseña que Él ya nos ha dado “talentos”.
Él ya nos ha dado la capacidad de “hacer algo” por el Reino.
“Algo” para alcanzar más almas para Cristo. Sin embargo, muchos están egoístamente guardando su talento (7). Y aquellos que lo están haciendo serán avergonzados.
No deje pasar este mensaje.
Usted es parte del Cuerpo de Cristo. Usted, como miembro, tiene un propósito en el Cuerpo de Cristo.
Piense en una mano en un cuerpo. Una mano que no funciona es una mano atrofiada, seca. Muerta.
Tenemos que trabajar en la obra como lo haría un miembro vivo dentro de un cuerpo.
¿Qué puedo hacer? Mucho. He aquí algunas sugerencias:
- Orar por otros. Orar por los no creyentes para que el Señor envíe al mensajero apropiado. Orar por los ministerios.
¿Sabía usted que éste, así como otros ministerios necesitan ser incluidos en su oración? De hecho, Dios nos manda orar por todos (8)
- Hacer discípulos. Si a usted le ha sido dada la capacidad de ministrar (servir), entonces haga discípulos. Pero si no tiene esa capacidad, no es necesario que intente convencer a nadie. Recuerde que es el Espítitu Santo el que convence (13). Plante la semilla y deje al Señor obrar. (1)
- Hacer la obra. Hacer la obra no significa asistir religiosamente a una congregación. Hacer la obra significa participar en ella, y en todos los sentidos, ya sea individual o colectivamente.
Algo tan “sencillo” como compartir un estudio bíblico en Internet, es “hacer”.
Algo tan “sencillo” como recomendar nuestra programación radial es “hacer”.
Algo tan “sencillo” como regalar un tratado es “hacer”.
Algo tan “sencillo” como hablar a otros de nuestro Rey de reyes (9), es “hacer”.
- Colaborar con la obra. Si usted “no puede”, ayude a los que “sí pueden”.
Elija un ministerio bíblico para apoyar. Existen pocos ministerios que enseñan biblia.
Ministerios donde usted puede participar, incluso a distancia.
El Señor Jesús nos advierte que no debemos hacer tesoros en la tierra, mas bien nos insta a acumular riquezas en los Cielos, porque se trata de riqueza que no se va a pudrir (10).
Muchos hermanos que ya son salvos alucinan con la última adquisición tecnológica. Un aparato celular, un carro, etc. Sin embargo ministerios bíblicos que trabajan para llegar a más vidas, escasamente tienen para pagar la electricidad.
La biblia dice que recibiremos recompensas y coronas por lo que estamos haciendo acá en la Tierra hoy. Todo lo que usted haga por la obra es acumular tesoros allá en el Cielo(12).
- Amar a Dios. Amar a Dios no es una sugerencia, es un mandamiento (11).
Es el primero de todos. Pero dejamos estas últimas líneas acá porque normalmente recordamos lo último que leemos.
Amar a Dios no es una frase cliché o la letra de una canción “cristiana” de moda.
Cuando usted ama a su esposo o a su esposa, usted seguramente hará lo que le pida.
Si usted dice amar a Dios, entonces HARÁ lo que ya sabe que debe hacer (1). Y lo que pide nada es comparado a lo que ya nos ha dado.
- (1) Mateo 28:19-20, Lucas 6:46
- (2) Lucas 21:7-28
- (3) Romanos 12:4-5, Efesios 5:30, 1 Corintios 12:12,1 Corintios 6:15, Romanos 12:5, Efesios 4:25, 1 Corintios 12:27
- (4) Efesios 4:12
- (5) Mateo 25:23
- (6) Lucas 12:48
- (7) Mateo 25:14-30
- (8)Efesios 6:18,1 Timoteo 2:1, Mateo 18:19-20, 2 Corintios 1:11
- (9) 1 Timoteo 6:15, Apocalipsis 19:16
- (10)Mateo 6:19-21
- (11) Deuteronomio 6:5, Lucas 10:27
- (12) 1 Corintios 9:25, 1 Corintios 3:11-14, Lucas 6:23, Apocalipsis 22:12
- (13) Juan 16:8-11