La biblia dice que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Y cuando Pablo pronunció esas palabras no se refería a las Escrituras que todos conocemos hoy. De hecho, el nuevo testamento, ni siquiera había sido redactado.
Pablo se refería a las escrituras que los judíos estudiaban y conocían. Muchas de ellas completamente desconocidas para los cristianos. Escrituras que no fueron incorporadas en canon bíblico que utilizamos habitualmente.
Existen libros extrabíblicos que la misma Biblia menciona, libros que nos amplían el panorama del conocimiento y que nos dan las respuestas que parecen estar omitidas en el canon oficial. Libros que como ellos mismos dicen “son para una generación lejana”.
El que nuestra biblia actual contenga 66 libros no le quita veracidad alguna, el inconveniente es para aquellos que quieren profundizar en temas que son muy relevantes, especialmente para la sociedad del siglo XXI.
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